lunes, 13 de diciembre de 2010

Llámame mañana ¿Si?

Aún no hay mensajes en mi celular.
Supongo que él no me iba a llamar después de todo. No puedo culparlo, tal vez fui muy rápido ayer.
Yo lo había visto mucho tiempo antes de que el me viera. Su brillante cabello negro y sus ojos azules. Yo no era la única vigilándolo, de eso estoy segura. Sus movimientos eran elegantes en un modo masculino. Y su sonrisa… Su sonrisa.                                                                                                                               
Podría morir por esa sonrisa.
Aún sin mensajes…                                                                                                                                                             
He estado pensando en llamarlo, tal vez disculparme por ir demasiado rápido ayer. Soy cobarde, lo sé, es solo que no me atrevo a marcar su número. Aunque el prometió llamarme cuando estuviera listo.
Así que esperare. Seré paciente.
Ya sé, voy a pasear casualmente por el lugar donde vive. Solo para ver si está en casa.  Tal vez salió, eso explicaría él porque no me ha llamado aún. Solo vive a media hora de aquí de cualquier manera. Tal vez es tímido y está muy asustado para llamarme. Niño tonto. Voy a ir a verlo y le diré no debe estar asustado. Que entenderé si necesita tiempo.
Él vive en un lugar muy aislado, en una granja en las afueras de la ciudad. Puedo escuchar a las ovejas en el establo conforme me aproximo. Mi corazón salta cuando veo que hay luz encendida dentro. Él debe estar ahí, me dijo ayer que sus padres estarían fuera por el fin de semana. Lo dejaron para que cuidara a los animales por esos días. Pobre de él, ese debe ser un trabajo agotador. Seguramente estaba demasiado ocupado para llamarme. Me deberé quedar aquí hasta que sus padres lleguen y ayudarle a cuidar a todos esos animales.
Llamo a la puerta, pero no contesta. Tal vez está dormido. El solo pensar en su hermoso rostro aún más tierno por el hecho de estar soñando me hace sonreír. Intento abrir la puerta, no tiene seguro. En esta área tan retirada difícilmente podría haber un crimen, así que supongo que no es necesario cerrar la puerta. Quiero sorprenderlo. Me estremezco por cada crujido que hacen las escaleras mientras las subo.                                                                                                 
Finalmente he llegado a su habitación y abro la puerta cuidadosamente.
Allí esta, acostado en su cama como pensé. Enciendo la lámpara de su escritorio cuidadosamente para poder ver su rostro.                                                                          
Sus ojos azules están abiertos, mirando al vacío y su rostro esta hecho un caos ensangrentado. Sus mejillas están destrozadas, la mayoría de la piel ha sido removida y la que queda está colgando por los lados de su cara. No tiene uñas, están colocadas cuidadosamente sobre la cama a un lado de sus manos. Hay unas palabras grabadas en su pecho que esta al descubierto.
Lo miro, me cubro la boca con las manos.                                                                                                                                    
Esta exactamente como lo deje ayer. Debe de estar tan cansado que ha dormido todo el día. ¡Pero qué lindo!                                                                                                                      
Besó suavemente su frente, asegurándome de no despertarlo. Entonces escribo otro mensaje cerca del que está en su pecho, le hago saber que estoy ahí para el cuándo sea que me necesite.                                                                                                                                    
Salgo del cuarto, y me dirijo hacia afuera. Creo que es hora que los animales de la granja también vayan a dormir.                                                


Y mañana me presentare con sus padres. Estoy segura que ellos también me van a amar.

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